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jueves, 12 de agosto de 2010

Desde EspañaEl Cigala y las letras de tango

Desde EspañaEl Cigala y las letras de tango TYCP

Pide disculpas Diego El Cigala a los autores de las obras que interpreta en el disco CIGALA & TANGO recientemente editado, "por las pequeñas licencias y confusiones que pueda haber en los textos...", y a no dudar que los autores -si vivieran- ya hubiesen disculpado todas ellas, que son muchas.

Pero es que además de las "pequeñas" incurre en algunas, a mi entender, "grandes" alteraciones de las letras de los tangos elegidos para dicha grabación. Los atentos oídos de cualquier argentino que haya crecido escuchando las audiciones tangueras de la radio, y luego a través de discos, cintas y CD's siguiera estando en contacto con las deliciosas y poéticas historias que en tres minutos nos cuentan las letras de tango, reconocen al instante cualquier desviación significativa de la narración: por un desajuste en la secuencia de la trama, el uso impropio de un adjetivo, la alteración de los tiempos, la metáfora inadecuada o mal resuelta...

Daré algunos ejemplos:

En Garganta con arena, la canción de Cacho Castaña dedicada al polaco Goyeneche dice: "... ya ves, la noche se hace larga, tu vida tiene calma...", donde Castaña le decía al polaco: "... tu vida tiene un karma, cantar, siempre cantar".

Más adelante dice "...respiras con el alma de un viejo bandoneón". Quienes hemos oído la respiración asmática de los fueyes extrañamos en esta estrofa la metáfora de Castaña diciéndole al polaco: "... tu voz de duendes y fantasmas respira con el asma de un viejo bandoneón".

En Las cuarenta, tango de Grela y Gorrindo, comienza diciendo "Con el pucho de la vida apretado entre los brazos...". Si alguien le hubiera explicado lo que es un pucho sabría que eso es imposible, que sólo se puede apretar entre los labios -como dice la letra- o, como mucho, entre los dedos...

Poco más adelante, en el mismo tango, nos cuenta que "... dobló la esquina del barrio y curda ya de recuerdos, como volcando un velero, esto se le oyó cantar". El "velero" está totalmente traído de los pelos. La metáfora de Gorrindo para expresar el sentimiento del personaje en esa situación es: como volcando un veneno esto se le oyó acusar..., que no es lo mismo. Y la diferencia poética entre cantar y el lunfardo acusar la podemos cargar a la lista de las pequeñas confusiones.

La eterna canción de Gardel y Le Pera, El día que me quieras tampoco se salva de confusiones menores y mayores. En la mención a tu risa leve que es como un cantar El Cigala canta "...ella inquieta tu herida...", cuando todos sabemos que Le Pera escribió "... ella aquieta mi herida...". Después nos dice que "... bajo el azul del cielo las estrellas celosas nos mirarán pasar...", en tanto que es sabido -y así lo expresa el autor- que las estrellas nos miran desde el azul del cielo, ya que bajo el cielo estamos nosotros pero no ellas.

En Nostalgias, de Cobián y Cadícamo, después de cambiar el sujeto del desamor al decir "... si mi amor fue flor de un día..." en lugar de "...si su amor fue flor de un día...", nos regala un alarde de creatividad incluyendo al amante en el brindis, al cantar "... quiero por los tres mi copa alzar..." en vez de "... quiero por los dos mi copa alzar...". Genial. A Cadícamo no se le había ocurrido ese gesto tan caballeresco.

En el tango de Carlos Gardel y Manuel Romero Tomo y Obligo vuelve a sorprendernos con su creatividad. Primero cambia el adjetivo "envilecida" que Romero aplica a la protagonista traidora, por un indescifrable "embelecida". Luego, en lugar del conocido "... no consigo convencerme..." dice "... no consigo comprenderme...". (Nosotros tampoco). Por último, cambia el famoso final: "... cómo pude contenerme y ahí nomás no la maté". El Cigala prefiere matarla: "... y ahí nomás... la maté". Chán, chán.

Finalmente, en el tango de Mariano Mores y José María Contursi En esta tarde gris las confusiones, aunque más comprensibles, no dejan de ser - a mi juicio- importantes. En el estribillo la que habla es la mujer, como anuncia el autor en el primer verso: "Ven -triste me decías- que en esta soledad no puede más el alma mía...". Por lo tanto la que está "cansada de llorarte, sufrir y esperarte..." y la va quedar "hundida en llanto..." es ella y no él. El Cigala, al igual que algunos cantores nuestros, dice, por error "cansado" y "hundido", con la consecuente alteración del sentido de la trama.

La conclusión que podría sacarse de estos comentarios es: cómo no tuvo a mano a algún asesor argentino que le fuera corrigiendo en los ensayos estas desviaciones de los textos originales, estando estos, además, publicados en todas partes y siendo por lo tanto de muy fácil acceso. Pero la pregunta se contesta sola cuando leemos en la primera línea de la introducción al disco firmada por el argentino Jorge Fernández Díaz: "Diego cantaba 'acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu respirar'..." Seguro que Alfredo Le Pera habría suspirado condescendiente...

Víctor A. Benítez Boned
victor04@telefonica.net TYCP

Madrid, julio 2010

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