no ponemos cookies

miércoles, 26 de noviembre de 2008

España XVI

España XVI
Calderón de la Barca




Calderón de la Barca merece atención suma, pues no sólo fue el autor de la ópera española más antigua cuya música se conoce, sino creador literario de Zarzuela.



Trazó los libretos de dos óperas: "La púrpura de la rosa" en un
acto, con una loa preliminar, y "Celos aun del aire matan". Se ignora la
paternidad musical de la primera, mientras que la segunda tuvo como
compositor al insigne maestro Juan Hidalgo. Maneja el recitado y el airoso a
la italiana, pero también prodigó al mismo tiempo hispanismos variados,
tanto en los aires con estribillo como en los ritmos de carácter popular.

La zarzuela, como la ópera, dio las primeras señales de vida en una mansión
real. Entre los bosques del Pardo había un lugar denominado Zarzuela por la
abundancia de zarzas. Allí alzó un palacete el Infante D. Fernando y Felipe
IV. Pide que se creen obras en dos actos, y no en tres como las comedias,
con abundantes números de música. El promotor y principal proveedor de esas
obras fue Calderón también y pronto se denominará Zarzuela, de un modo
constante, a toda pieza teatral que reúna esas circunstancias en cuanto a la
longitud y contenido. Los colaboradores musicales son desconocidos en los
más de los casos, aunque entre ellos no pudo faltar Hidalgo.

La escuela catalana también aparece con características propias y bien
definidas, si bien subsisten hoy muy escasos monumentos musicales y la falta
de ediciones modernas impide su estudio definitivo. Son sus mejores
representantes Mateo Flecha el viejo, Mateo Flecha el joven y Pedro Alberch
Vila.

En la primera mitad del XVI no sólo asistimos en España al auge del teatro
religioso sino que en ella vive también un cierto desarrollo de la tragedia
de corte clásico, a través del espíritu humanista llegado de Italia. Era
inevitable que los humanistas españoles pretendieran la creación en nuestra
lengua de un teatro basado en los principios y modelos de la tragedia y
comedia del mundo clásico. La Universidad es indudablemente uno de los
caminos, por donde penetra la influencia italiana, y con ella, la clásica.
En las clases universitarias se generaron las representaciones de comedia
latina, adaptando a partir de obras italianas y creaciones propias, al
servicio de la recuperación de los temas clásicas y la revitalización de la
tragedia antigua. Los fines escolares eran claros: familiarizar al
estudiantado con el latín y el griego. Así, al inicio, su marco de acción es
propio de Universidades y conventos, por lo que lógicamente su alcance es
muy reducido. Por otra parte era necesariamente minoritario, ya que su
lengua es normalmente la latina. Encontramos entre sus cultivadores nombres
de famosos humanistas (Sánchez de las Brozas, o el propio Boscán), ya que
inicialmente se trata de una labor literaria relacionada con la actividad
humanista.

Pero poco a poco, este fin pedagógico se trasladó a un segundo plano, ya que
se aspiraba a una mejor comprensión del tema. Con ello, los temas clásicos
fueron igualmente desplazados y sustituidos por temas sacados de fuentes
medievales. Finalmente se iría abandonando el lenguaje culto por un lenguaje
más cercano a la realidad cotidiana.

Dentro de la corriente de la tragedia humanista, hay que señalar a autores
como Fernán Pérez de Oliva, Mal Lara y Andrés Rey de Artieda.

Fernán Pérez de Oliva, vivió muy de cerca lo que estaba ocurriendo en los
ambientes humanistas italianos en lo que al teatro respecta. Adaptó la *
Electra* de Sófocles con el título *Venganza de Agamenón*, siendo el primer
adaptador de una tragedia griega en lengua castellana.

Las obras principales de Mal Lara son *La tragedia de Absalón*, y el que
quizás sea uno de los ejemplos más rotundos de la tragedia humanística en
lengua castellana: la *Tragedia de San Hermenegildo*. Escrito en su mayor
parte en castellano, en métrica de influencia latina e italiana, está
dividido en cinco actos, y cuenta con un amplísimo reparto compuesto por más
de treinta personajes. Gira alrededor del martirio de San Hermenegildo, y
los problemas políticos que la actitud del hijo acarrean a su padre, el rey
Leovigildo. Su argumento es el trasunto del hecho contemporáneo del
enfrentamiento del príncipe don Carlos con su padre, Felipe II.

Igualmente, habría que mencionar a Jerónimo Bermúdez, quien escribió una
tragedia clásica bastante perfecta dentro de la insuficiencia técnica: la
Nise lastimosa. La acción no está escamoteada aquí, y su patetismo se
desarrolla dentro de los límites de lo aceptable y con verdadera atención a
las unidades. Sin embargo, su segunda parte, la Nise laureada, se presenta
como un conjunto de horrores distante de conseguir la unidad de interés y
belleza de la obra anterior.

Hay que reconocer que los primeros trágicos en lengua castellana no se
limitaron a traducir los modelos grecolatinos, pero no supieron encontrar
una técnica apropiada, y sus obras resultan una mera acumulación de
horrores, quizás por un seguimiento demasiado literal al ejemplo de Séneca
(algo que es muy cierto en el caso de Lupercio Leonardo de Argensola, que
como su modelo aspiraba a disuadir del mal mostrando las devastadoras
consecuencias del mismo). Entre estos se intercalan monólogos donde los
personajes y el autor justifican los límites morales de la acción. De esta
manera, podríamos decir que estamos ante un claro caso de antiteatralidad.
Lo cierto es que como dice Alborg, el "genio hispano" no se adapta bien a la
severa sencillez de la tragedia antigua, a la rigidez de la preceptiva
aristotélica, y la tragedia clasicista no podía gustar al público español
del XVI.













Gustavo Enrique Böhm

http://ar.groups.yahoo.com/group/stanislavsky
por ARTE HISTRIONICO Y LUDICO (R) Derechos Reservados.

Publicado el: 2008-10-18 (26 Lecturas)

[ Volver Atrás ]
http://www.artehistrionico.com/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=106

*****************

No hay comentarios: